Las nubes se mueven y yo ya no dependo de ti. Desde que una turba enardecida, motivada por no se qué me hizo mierda el corazón, dejé de existir y desde entonces, está en duda mi existencia. Soy el alma en pena de ese ex presidente de la república que da tips culinarios por internet. Se trata de estar atrapado en una “muy aburrida” película antigua europea sin fin en la que no pasa nada… ¿Quién nos puede asegurar con seguridad que seguramente nada es más inseguro que vivir con la sensación de inseguridad? Lo he probado todo: dieta sana/drogas sanas; promiscuidad/matrimonio; desempleo/horario de oficina; delincuencia/labor social; activismo/quemeimportismo; deporte/ostracismo; he ganado batallas que perdí y he perdido otras que ya había celebrado. Fuerzas que no podemos controlar determinan que me exilie hoy de ti, que dejen de ser tuyas mis estupideces, que no conozcas decisiones que nunca he de tomar, que por siempre permanezca en tu memoria como uno más de tus contactos. Ganas de fumar. ¿A dónde se van las nubes? No tengo mucho que decir sin embargo trato de decirlo cada día que amanezco con vida, aunque suene muerto. Y aunque no te escuche decir nada estoy ahí pendiente de ti, día y noche, incautándote la libertad de prensa, juguemos a que yo llego y te incauto algo, lo que sea. Después merodeo por un mercado donde hay un sinfín de opiniones y encuentro las únicas dos que me importan, la mía y la verdad. Las demás pueden morir ahogadas en su vómito. ¿Sonó violento? Porque lo fue.
Published on 3 julio, 2011
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