Este hombre ha tirado por tierra toda la historia de este país. País este que cree que la solución es vivir anestesiado y rondar tambaleante y balbuceante por esta ciudad de mentira. Mentira de ciudad llena de drogados en la que una –buena- parte de mi se resiste a crecer. Se nota en mi gesto, en mi ropa y en mi. Yo lo noto. Ya no me duelen –prácticamente- las decisiones impulsivas impulsadas por mi personalidad explosiva, soy menos culpable y menos culpable me siento. Un día de estos voy a subirme a un dinosaurio y voy a pasear por el pasado, esa historia que odio, esos “tiempos pasados que fueron mejores”, el mejor tiempo es en el que me encuentro. Say no more. Odio escuchar. Tenía un amigo que vomitaba después de escuchar. El me enseñó un par de cosas simples antes de morir. Aprendí a emprender aquello que me apetezca y eso no me convierte en un “emprendedor” y también logró que me diera cuenta que cada uno es su más efectivo motivador. En la calle logro percibir cosas, pero la percepción no existe, la verdad y la razón son las cifras o lo que los noticieros impongan, y así vivimos felices. No soy político cuando escribo, lo soy cuando respiro. Presiento que me he alargado ya demasiado.
Published on 17 agosto, 2011


Super chevere lo que escribes me agrada… muchisimo y me hace pensar mucho… gracias a tus palabras puedo pensar mas y ver mas alla de lo que quiere la sociedad…
Gracias por leer loco, a la orden siempre