Month: julio 2012

Desmemoria

¿Mi memoria soy yo? El equipaje que cargo en mi espalda, ese disco duro con historias desgarradoras… ajenas. La tuve fácil y así pasó. Hablo de la vida sin dejar de imaginar otras vidas… ajenas también. Me pido cosas que tardo en cumplir, me desprecio, me veo mal, me mando a callar, me siento mal, me sumerjo, me suicido en sociedad. Converso conmigo mismo para entenderme mejor… pero no. Por dentro soy ese anarquista que no se deja ayudar, que se aleja, que me atosiga, que se excusa, que vuelve, que se niega a todo. Llego a acuerdos que no me sé cumplir. Desalojo de mí esas noches que arruiné. Cuando intentábamos ser súper hombres, sin serlo y sin querer serlo. Los héroes lo son, de manera maquinal. Me descubro siendo ecuánime en la intemperie de esta vida tropezada y drogas. Cada paso que di, está ahí, esperando por mí, para pedirme explicaciones… que olvidé… pero no. Todos y todas somos desmemoriados y desmemoriadas y tristemente no tenemos quién nos lo recuerde. Yo no soy mi memoria. Cada momento que …

Que me solloces

El suplente de todos nosotros. Hace tanto tiempo que debí empezar a escribir y hace tanto tiempo que debí parar. Estruendoso como silencio que halaga. Editando nuestras voces para que parezcan [pero no]. Me expreso con la libertad de expresión que me venden en la esquina y con ella me regalan [un autito para armar]. Soy una puta [mentira] de mi banco. Juego con las palabras porque así resulta. Soy cada sonido que digo, cada palabra que me guardo y cada vez que te hablo: soy. Una ensalada de melodías soy cuando me consuelas, mejor sería prolongar estas mañanas huérfanas de audio. Deshuesar este pellejo maltrecho próximo a caducar. Colecciono frases de gente con vidas lindas pero que parece, no me quiere. Decidir estar hecho un desastre, como parte de una estrategia personal. La tierra que nos conecta carece de fanfarrias, hoy todo tiene que ver con el sonido. Mientras traducimos a idioma café ese estado de cocción inalterable que nos convierte en antiestéticas siluetas humedecidas por el calor de un agua caliente, que viene …

Mi autómata y yo

Cantar para olvidar y después de callar, volver a recordar que la rutina está allí con su inclemencia, esperando para exprimir de nosotros [no desconsuelos] nuestras tan características y desmoralizadoras ganas de vivir. Si en África se despertaran y reaccionaran, talvez sería el fin del mundo [insertar desolación]. Esas ortodoxas, mecánicas y poco acorbatadas ganas de ir al cine y entenderlo todo al revés, de cerrar los ojos y abrirlos para encontrar al personaje muerto [entristecerse] y no preguntar qué pasó. Abordar el tren de las últimas oportunidades por última vez y ver que lleva en sus vagones: un sollozo en cada rostro, que todos sufren pero que no todos lloran, que unos lloran pero no todos se echan a morir, que unos se echan a morir pero no todos lo logran, que unos se salvan mientras otros se resisten, que unos se resisten mientras otros se adulan, a sí mismos. Ese pretendiente de la república que exultantes insultamos en las cenas familiares, como si nos hubiera violado de niños, como si nadie pudiera entendernos, …