¿Mi memoria soy yo? El equipaje que cargo en mi espalda, ese disco duro con historias desgarradoras… ajenas. La tuve fácil y así pasó. Hablo de la vida sin dejar de imaginar otras vidas… ajenas también. Me pido cosas que tardo en cumplir, me desprecio, me veo mal, me mando a callar, me siento mal, me sumerjo, me suicido en sociedad. Converso conmigo mismo para entenderme mejor… pero no. Por dentro soy ese anarquista que no se deja ayudar, que se aleja, que me atosiga, que se excusa, que vuelve, que se niega a todo. Llego a acuerdos que no me sé cumplir. Desalojo de mí esas noches que arruiné. Cuando intentábamos ser súper hombres, sin serlo y sin querer serlo. Los héroes lo son, de manera maquinal. Me descubro siendo ecuánime en la intemperie de esta vida tropezada y drogas. Cada paso que di, está ahí, esperando por mí, para pedirme explicaciones… que olvidé… pero no. Todos y todas somos desmemoriados y desmemoriadas y tristemente no tenemos quién nos lo recuerde. Yo no soy mi memoria. Cada momento que pasó, está en los demás reconocer, olvidar o sobrevivir. Lamento tantas cosas, me arrepiento de todo cada día con mayor frecuencia. No soy un fracasado a tiempo completo que no sirve para nada. He decidido recordarme tal y como me dejé. Sentado ahí. Bebiendo solo. Escuchando garabatos de rock británico. Sediento. Escuchando detenidamente cada palabra, que nunca me dirás. Desmemoriado. Marginal. Superpuesto. Señero.
Published on 31 julio, 2012
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