Month: octubre 2012

Sopa para tod@s

Texto y foto Nora Miño Ortega En el comedor escolar no hay diferencias, no hay favoritos. Es lo que he aprendido en estos años de servicio. Antes mi sueldo era manejado por una tercerizadora que ganaba millones a costa de mi aporte involuntario. Hoy en día espero cada mes y cada año mis haberes completos, incluidas mis utilidades, de parte de la empresa donde paso más horas que en mi propia casa. En uno de esos tantos días, recorría el comedor por donde pasaban docenas de estudiantes de primaria. Entre todos los niños divisé una cara familiar, me lo quedé mirando (con disimulo por supuesto) porque no me acordaba de donde lo conocía. Este muchachito de un metro y pico, (alto para su edad) no era ni tan blanco como los estudiantes europeos ni tan morenito como nuestros guambras. Era mezcladito, morochito. Pero me llamaron la atención sus ojos verdes y sus dientes grandes que aún parecían de leche. Tenía una camiseta azul, que claramente era un souvenir peruano “PERÚ PAÍS DE MARAVILLAS” decía. Seguí mi …

Inmadurando

Nunca maduré, lo sé. Nunca se desarrolló en mí la resistencia a los aviones, cuando me subo a uno, me duelen huesos del cerebro con nombres que no puedo pronunciar. Despresurización en proceso. Me quedo sin audio, escucho sonidos de mi niñez. Tonkas y Chavos del Ocho llorando. Creo que jamás maduré y más bien con los años, inmaduro a altas velocidades: a unos 59,9 kilómetros por célula. Me incomoda la culpa que me genera octubre. Me recuerdo sentado tecleando una vieja máquina de escribir, con el timbre de bicicleta al final de cada renglón. Marca Brother creo. Inventaba noticias, cuenta mi mamá. Me gustaban mucho los deportes: el squash y/o el balonmano. Sobretodo fútbol. Cada día me gusta más, especialmente cuando los seudo intelectuales [esos que andan sueltos por ahí] dicen que el gusto por el fútbol y el intelecto son antagónicos. Siempre fui dulcero, antes (cuando estaba bien ser inmaduro) y ahora (que no está bien porque ya soy longo viejo), soy un dulcero hipoglicémico orgulloso e inmaduro. Helado de manjar con nutella. …

Saltimbanqui (o el longo hijo de puta)

lleno de vacío. vacío de todo. quién se reconoce en este incendio. dardos orgánicos. maldito vegetarianismo canibal. long oh hijo de puta. fiestas hidropónicas de disfraces de nosotros mismos. cavidades que resisten lo inclemente de nuestro desamor propio. al filo de una cama insólita me encontré con el mundo y decidí no saludarle. un ateo reza por los creyentes que se jactan de ser dueños de dios. cualquiera que sea este dios. lon gohi jodeputa. vuelves a pasar de aquí para allá de largo sin reconocerme. nada. de cuando te vuelves esencial sin que exista nadie que lo sea. de cuando te llenas de ideas que al parecer no le parecen. política de estómagos vacíos sin conservas ni guardados. salir a gritar espontaneidades para fingir cordura. desatender comunicaciones que imploran por stress dominguero. longoi juep uta. desayunar mordiscos que sobraron de la borrachera que vamos a olvidar. humillarle tanto que le inspire amarte. como un sinrazón sentir amor hasta para matar/morir. un bloc de misterios como legado para explotar este letargo. te heredo una forma …