Sopa para tod@s
Texto y foto Nora Miño Ortega En el comedor escolar no hay diferencias, no hay favoritos. Es lo que he aprendido en estos años de servicio. Antes mi sueldo era manejado por una tercerizadora que ganaba millones a costa de mi aporte involuntario. Hoy en día espero cada mes y cada año mis haberes completos, incluidas mis utilidades, de parte de la empresa donde paso más horas que en mi propia casa. En uno de esos tantos días, recorría el comedor por donde pasaban docenas de estudiantes de primaria. Entre todos los niños divisé una cara familiar, me lo quedé mirando (con disimulo por supuesto) porque no me acordaba de donde lo conocía. Este muchachito de un metro y pico, (alto para su edad) no era ni tan blanco como los estudiantes europeos ni tan morenito como nuestros guambras. Era mezcladito, morochito. Pero me llamaron la atención sus ojos verdes y sus dientes grandes que aún parecían de leche. Tenía una camiseta azul, que claramente era un souvenir peruano “PERÚ PAÍS DE MARAVILLAS” decía. Seguí mi …
