Iba a escribir sobre putas, pero no tengo mucho que decir. ¿Por qué es tan malo ser hijo de una? No hay peor ofensa que ser llamado así. Se banderean aclarando los motivos de la lucha del día internacional de la mujer, pero no se necesita un día para luchar por una causa, se requiere de una causa para ejercer una batalla diaria de por vida, y personal, muy personal. ¿Ser puta es tan malo? El hombre eterniza este oficio, con su necesidad de pagar por sexo o su instinto machista de esclavizar mujeres. Son más viles aquellos que van a prostíbulos a buscar lo que no se les ha perdido, que esas trabajadoras sexuales que en su mayoría hacen lo que hacen, por ganarse la vida, alguna vida. Si las mujeres organizan una marcha para proclamarse putas, todos los demás deberíamos hacer otra de manera paralela y llamarla «la marcha de los hijos de puta». ¿Quién no se ha prostituido alguna vez en condiciones precarias? Trabajar hasta altas horas de la noche. Intercambiar esfuerzo por dinero. Obtener ganancias por algo que sabemos hacer bien. Todos somos putas. Todos somos hijos de puta (…) Soy la incertidumbre andante de este cuerpo yacente, adyacente al olvido y paralelo a ninguna verdad, que sólo espera ser maltratado por algún alcoholizado anónimo que seguramente se cree superior a mí. Mi cuerpo no está en venta, ni siquiera en alquiler, solamente es un préstamo a corto plazo para que puedas lograr un orgasmo de escasos treinta segundos y que después los dos podamos regresar tranquila o angustiosamente, a nuestra triste soledad. Su obsesión no eran los penes de nadie, su objetivo era el mismo que el de todos los demás, subsistir. Sin embargo la miraban despectivamente, como si mirarla fuera sucio, despreciable. Las mujeres no somos putas, puta es la suerte, no nosotras. No se trata de crear un código de ética para el correcto trato hacia las operadoras sexuales ¿o sí? Es una verdadera putada que se tenga que vivir así.
Published on 13 marzo, 2014
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