Teoría: Tengo fe en Dios. Soy un hombre de fe. Soy un hombre que tiene fe en Dios. Pero ¿Qué es Dios? Nadie sabe. Absolutamente nadie. Creo en mi mamá y ella en Dios, soy esa clase de hombre de fe. La fe adquirida por intermedio de otros. La fe de otros. Soy un feligrés conexo a una red genética, aparentemente desmontable. Puedo llegar a confiar en cadenas de oración dedicadas a buenas causas. No voy a la iglesia porque me ahogo. No depende de mí. Es una fuerza superior intangible que me domina. Quiero creer en algo esponjoso, en alguna cosa de la que pueda ver al menos una fotografía, una firma, sentir un suspiro. Me carcome pensar que el universo sea así. No concibo que las explicaciones a las cosas más grandes, haya que buscarlas en algo tan invisible como la fe. No se trata de falta de espiritualidad, no lo creo. Pero me resisto. Acomodo las palabras para no quedar mal. Invento y corrijo respuestas para que tengan buen sonido. Soy un hipócrita. Publico fotos de iglesias sin saber ni sus nombres. Creo en Dios por asociación. ¿Es Dios una muletilla o una fuerza? ¿una ilusión o un modus vivendi? ¿un artificio o un refugio? ¿una mentira omnímoda o una verdad incómoda? ¿una sensación de soledad o un abrazo multitudinario? ¿una ridícula justificación o una forma popular de llenar vacíos?
Descargo: Seas lo que seas, quiero que sepas que sí he recurrido a ti, sí me he llenado la boca (posiblemente en vano) con tu nombre, sí te he buscado cuando he necesitado explicar asuntos que sobrepasan mi control, te he odiado e incluso insultado alguna que otra vez, sí te he visitado en algún templo de aquellos que el hombre y la mujer utilizan para rendirte pleitesía, te conocí en El Vaticano y conversé contigo tête à tête, sí he intentado entenderte y he buscado respuestas en tu ausencia, te agradecí por logros que yo mismo conseguí, te reclamé por desgracias que tienen una explicación 100% lógica, me he puesto o he guardado conmigo imágenes relacionadas a ti para «protegerme», sí he cantado cosas en tu nombre, recibí varios de tus sacramentos, sí he escrito tu nombre con minúscula, he bebido por ti. Pero quiero que sepas que nadie me dio la oportunidad de no creer en ti, supongo que lo hago por mera rebeldía, oponerse por el simple derecho que poseemos de hacerlo, tal vez deba respetarte más o quizá no en absoluto.
No siento desapego, tampoco que me desinflo, estoy seguro que no eres un seguro, de nada, eso es todo.
