
En mi defensa, a quien interese (a quienes no interese, también):
Visto desde mi lado, el camino se ha vuelto depresivamente repetitivo, se ve que del tuyo no tanto. Tal vez podríamos compartir lado. ¿Se estarán extinguiendo esos que ven todo así, como nosotros? Nos mantuvimos acá y nunca nos abandonamos, hubo días en los que no hacíamos más que mirarnos con ojos de silencio, pero nos mantuvimos acá sin claudicar, y por supuesto que desesperados llegamos a pensar que ya no valía la pena, nadie es tan fuerte, hay que dejarse vencer por un segundo para resistir por el resto de la eternidad.
Y es que no puede ser que esto solo se trate de azarosamente responder preguntas, viajando venenosamente programados al lugar exacto del que vinimos, dejando caer ídolos en el camino, fortaleciendo oxidados ideales, que después vimos convertidos en estériles batallas, en las que tantas veces morimos (…) desde adentro nos mataban
Con las preguntas que cargo me basta, volveré a responderlas en quince años o más, las llevo conmigo para que no sientan que las olvido, no te las vas a llevar, son mi equipaje, y no lo voy a negociar. Necesito un abogado que me defienda de mí mismo, que de mí me desintoxique, y que sepa igual que yo que ya nada es lo que fue, y que seguramente vamos a querer creer lo contrario.
No nos quisimos con la fuerza que nos hubiese gustado, aquello que nos entregamos no fueron los mejores años de nuestras vidas, está bien sentirse así como nos sentimos, no hay que invalidarnos, será un win-win, perdernos para encontrarnos. Auto reprimirnos entre las líneas de este mustio soneto, respiración a la vista, ojos que no sirven para lo que fueron pensados, cuando todas las salidas llevan a una muerte segura, a un vacío tan lleno de muerte, cuando con total seguridad se va a morir.
No quiero ni empezar a pensar que tu presencia en mi vida me estaría echando a perder como persona, o viceversa. Estando arrepentidos de todo o sin tener nada de qué arrepentirnos. Volver a empezar como hacía mi abuelo, vendiéndolo todo para dejar a medias lo que estaba haciendo, escaparme de mí con la mirada extraviada en el reflejo de la noche sin fondo, esa noche en la que volví, y volví de nuevo a empezar.
