
Ni la mitad de una pesadilla dormir, ni sentarte a comer medio remordimiento, que un solo pensamiento te deje de atormentar, que ninguna mentira quede libre, dejar de pagar hasta la penúltima de las letras, con vigilancia amateur perseguirte, sentir que naciste en el momento equivocado, te van a obligar a que -con el tiempo- quieras irte lo más rápido posible de este país de verga. Chao amigo.
