Escritos
Comment 1

Recurrencias

Antes escribía libros, ahora hace amigos. Todos sabemos que nadie habla de lo que todos sabemos. Mi problema es recurrente, tengo un sueño que me asfixia, vivo en un lugar donde no tengo voz ni voto, vivo en la hacienda chusca de mi tatarabuela donde se come a cierta hora y si no te ortigan. Donde hablar es pecado y sonreír herejía. Las trepaderas que abrazan la casa son más cariñosas que tus brazos. ¿Se quema la casa o la ventana? no se está acabando el tiempo. El tiempo no se acaba y no por qué no exista. ¿para que algo exista, tiene que acabarse? o ¿para acabarse, primero hay que existir? estamos quemando etapas. Yo por ejemplo estoy en la etapa en la que me escucho con atención, me interrogo antes y me aplaudo después, preparo los discursos con la mente, aunque sean para comprar el pan. Luego me distingo entre la multitud y me saludo, me doy un abrazo, de enredadera. A veces me confundo con el espejo. Me refiero a un tema en especial y súbitamente presiento que he procreado una nueva forma de hablar/pensar, pero no, siempre estuvo ahí, a disposición. ¿Experto en petróleos? Pero si lo único que hay que saber de él, es que está muerto en vida, que existe por compasión. Pongo cara de idiota y abandono el lugar. Es justo a las once de la mañana cuando me debilito, no lo puedo explicar ni a las once, ni a ninguna otra hora. Me someto a mi propia democracia estilizada y funcional que diseñé una tarde en la que ardían las nubes.

1 comentario

Replica a gabriel villacres Cancelar la respuesta