Month: septiembre 2012

¿Te acuerdas?

Para Nora Bajo una luna pública nos dimos besos subsidiados, mientras nos abrazábamos a plazos con pólizas de poesía. Cada intercambio de palabras como un acta de nacimiento. Que el clima no vuelva a cambiar por el resto de nuestra vida, para vivir por siempre inquilinos de un sol forzoso, de una luna perpetua, de un arcoíris fulminante que no sabe de blancos o negros. Para morirnos puntualmente y soñar en otra vida que sea exactamente igual a esta. Porque lo nuestro no está basado en una mentira. Lo nuestro es alegría aleatoria. Silencios que saben cuando aparecer y ausencias que suenan a expedientes traspapelados. Te llevaré a un mirador para que juntos veamos qué hacemos con esto que nos pasó. Para que cantemos canciones inventadas con palabras sin sentido, con notas musicales solemnes, te llevé a ver a Gondwana y a The Wailers… no sólo para oler la marihuana. Sólo para abrazarte mientras el mundo se acaba de decidir, mientras el país implosiona, mientras la religión nos juzga, mientras la política nos ejecuta, mientras …

Sin tiempo para contar dinero

si yo no soy nadie para decírtelo, nadie te lo va a decir, vas a morir como se muere un sábado por la inhumana puerta grande de esta antisociedad, reconoceré mis errores cuando se considere un despiste producto de la edad, aprenderé cuando sirva de poco, gastaré el tiempo de los otros, atesoraré esta antitodología que me vuelve de los únicos el menos especial, un nuevo orden mundial donde llorar no traiga consigo contraindicaciones, donde cambiar la vida de los demás no implique crear un documento de excel, donde arrancar corazones tenga varias connotaciones, donde tener amigos no sea una cuestión extraccionista, donde las mayúsculas la ortografía la gramática las tildes no signifiquen, donde la idea reine, donde se expliciten los requisitos más importantes en un tamaño de letra desmesurado, donde la libertad no se tenga que medir, donde los silencios duren sólo lo necesario, donde los gigantes no sean gentiles, donde las princesas mueran de sobredosis, donde las linternas vuelen, donde el antídoto para estar sano sea desearlo, donde los bancos no nos roben, …

Espejos insonoros

Me estoy volviendo viejo me dijo el espejo mientras jugábamos a rejuvenecer. La cocina desfallecía del hambre al tiempo que se nos descongelaba la piel. El clima se tornó hostil durante nuestra temporada de copiosa maduración. Los ventanales nos bombardeaban imágenes de colores prohibidos por motivos en decadencia. Las recámaras del silencio nos llamaron para atestiguar una matanza que hasta hoy supieron ocultarnos [sólo hasta hoy]. Extraños se juntaron a celebrar victorias ajenas solamente para figurar en los noticiarios mañaneros. Me estoy quedando sin osadía mencionó el revolver cuando sintió que su pólvora había mutado hasta convertirse en abrazos. Sácame de esta hibernación susurraba la esperanza mientras se comía las uñas que la angustia le había dejado como herencia. Insísteme que llore solamente una vez más suplicó el último sobreviviente de este intento de guerra. Que le guarde aunque sea como recuerdo me pide el olvido a la vez que se auto flagela para no sentir. La muerte anunció su llegada con un mini invierno fugaz que alborotó los calores de absolutamente nadie más.