All posts filed under: Escritos

a-sha-med

Deberíamos sentirnos como deberíamos; avergonzados. Semblante abatido, ostracismo pernicioso mal llamado hogar, no hay educación para los no entraron en el mapa, sensación de paz alusiva; desgracia de estar vivo. La inseguridad de antes de salir, esquina de personas desconocidas entre sí, ópera de la más piadosa de las muertes, tribulaciones del adiós más sincero; gritar. ¿Y por qué no nos íbamos a sentir asqueados, como deberíamos? Con nuestro porfiado cerebro reptiliano desafiando límites, todos nuestros alter egos contradiciéndonos, nuestra misma mala cara desproporcionada de siempre, defraudados de que aún nadie nos haya abandonado. Exprópiese el desencanto imperante, lo rotos que estamos, las chapuzas antiestéticas de esta deplorable forma de vivir, la despedida más dolorosa; que alcanzamos a improvisar. Y en algún momento y de la nada, partir. Con la esperanza de sonreír algún día. Camino a un nuevo lugar, que alguien ya exploró antes por ti, sitio inexacto casi huérfano de coordenadas, campo abrumadoramente verde, abierto, lleno de mensajes y señales, calientita troposfera, paisaje poblado de sitios despoblados, porque sus pobladores, desde hoy, deberán …

porque te moriste

Me entristezco y me contento con poco. No te olvido porque te moriste, porque te moriste no te olvido. Aunque nunca te dejaste aconsejar, y te rodeaste de imbéciles mucho más imbéciles que tú. Obsesionado con vencer, te dividiste hasta internamente. Obstinado te cerraste, incluso a aquello que te convenía. Nadie te olvida, aunque muerto te hayas convertido en lo que más odiaste. Soberbio te dejaste enterrar en el hoyo, al que habías jurado no volver, esperaste mansamente a que fuera muy tarde. Que no te dabas cuenta dijeron, creíste que no habría vestigio que te haga daño, testigos que te indispongan, sabiéndote mortal moriste, imploraste moribundo un poco de oxígeno a tus verdugos, mientras lo desmantelaban todo y tú te convertías en un triste recuerdo, en pena de otros, en un segundo menos de vida, en un abrazo de violencia. Inalterable quisiste cambiar el mundo ¿cuántas veces volverás del ocaso, al que te llevaron tus errores? ¿todas esas veces se volverán a levantar los de tu clase? ¿quién te dijo que eras, ese que …

eterna construcción de uno mismo

No existe mal momento para deconstruirse, aunque sea solo un poco, tal vez cosméticamente. Armables como amables juguetes, pedazo a pedazo. Sin tener las instrucciones de éste rompecabezas de hojalata, navegantes divagando por un mar de conjeturas, como espuma que adopta la forma, que la marea va y le presenta. Liquidez. Volver a aprenderlo todo, desde el maldito número cero, sorprendernos otra vez de eso, como si siempre fuese la primera vez, resetear los más primarios paradigmas, para luego -solo quizás- cambiarlos por otros. No reparar en esa -siempre presente- llama nuclear sempiterna. Con el tiempo dejamos de interesarnos, en la diferencia entre aquello que cambia, y lo que no. Finalmente cambias, dándote cuenta o no. Para bien o simplemente por la fuerza del no retorno. Si tan solo tuviésemos la certeza, que cambiamos para no volver a cambiar jamás. Guardar para siempre eso que fuimos; memorias. Llevar con nosotros siempre, todos nuestros nosotros, para que nunca y en ningún campo lejano, los dejemos morir, guardando de ellos los mejores recuerdos, y así, un día …

jet society

Viven ensimismadas, tan aburguesadas que su piel se aburre. Se repiten entre ellos, lo que quieren escuchar, aquello que les convence de lo que son y de lo que el resto, no es. Se aprueban entre ellas, entre ellas se vacunan, entre ellas se reúnen y entre ellas se complacen. Se rodean exclusivamente de su propia legitimidad, una legitimidad de honorables comités de muy honorables hombres blancos, con experiencia de canas blancas, con su propia aprobación, con el discurso sobre tejido social raído, intacto como lo dejaron sus ancestros, tal cual lo aprenderán sus propios hijos, legítimos como ellos solos. Jamás se ensuciarían las manos en una protesta para exigir derechos, porque ellos son los derechos, ellos son la única clase de gente que ellos aceptan, al resto lo clasifican en cifras que les estorban, porque no las entienden, porque no saben qué hacer con ellas, con los portones gigantes cerrados de sus clubes llenos de servidumbre explotada, no ven nada. Y no ver nada, les da placer.

éramos lo que éramos

Photo: Esteban Cruz [@OzzyKruz] Nadie nos faltaba en la infancia. No éramos lo más felices que podíamos, tampoco sabíamos qué tan miserables podíamos llegar a ser. No quiero el poder para retroceder el tiempo, la habilidad para dejar de ser yo. El bacanal de preguntas y dudas que es la vida; y sin tantas respuestas. No tengo las pruebas de que éramos felices, solo las fotos, fotos felices por obligación, árboles sugestionándonos a caer, autocensura que crecía cada día, no nos dábamos cuenta de nada pero nos volvíamos a programar, aprendiendo y desaprendiendo, una vez y otra. No tengo las pruebas de que no éramos felices, solo las fotos, fotos fingidas de sonrisas, columpios oxidados que no importaba que lo estén, autodestrucción que cada año funcionaba mejor, nos dábamos cuenta de muy poco, absorbiéndolo todo, pero dependiendo del nivel de azúcar en nuestra sangre. No hay pruebas de felicidad por ninguna parte, solo fotos, fotos donde pocos se veían tristes, gritos desesperados que se supone eran éxtasis, aires de autonomía que nos quedaban nadando, nos …

eidan

Soy nadie. Y me rodeo de gente mejor que yo. Absolutamente nadie sin aquellos que impedirán que pase desapercibido, nadie para que nadie note que me he ido, nadie por la relevancia que no tengo, nadie que no es alguien si no fuera por el brillo de tu grandeza, nadie gracias a que no permites que nadie vote, piense, o sea nadie a su manera. Estadísticamente nadie agradece tu magnanimidad que a su vez permite, que este nadie sienta alevosía, que este nadie exista en medio de los espacios de silencio, que deja la ausencia innecesaria de tu cuerpo, y tu plenipotenciaria presencia en los múltiples planos donde eres piedra angular, y yo nadie. Un simple nadie y mortal nadie, de ciudadanía llana, de segunda categoría, nadie se vacuna, nadie tiene deudas, nadie pretende importunarte o incomodarte milord/mileidi, nadie. Discúlpanos, ya que nadie aprendió a dirigirse a ti, como a ti te gusta, nadie a la altura de tus expectativas y nadie se ha ganado hasta hoy, ese mínimo e inmerecido respeto de tu parte, …

Cuando se nos acabó el sucre

En los años noventa pocos en el Ecuador (varios con información privilegiada) sospechaban, lo que se venía. El descalabro de nuestra economía, llegaría con el fin del siglo veinte y el inicio del veintiuno, nada sucedería de un día para el otro. En cuestión de seis años, la incestuosa relación entre el poder político y el económico, alcanzaría su cenit. La libertad de maniobra (sistemáticamente orquestada) de las entidades bancarias, convertiría a un millón de ecuatorianos, en migrantes a la fuerza, suicidas, huérfanos, enfermos por el shock, dejando cientos de miles de hogares rotos, padres sin hijos e hijos sin padres, a lo largo y ancho del territorio nacional, así como en España, Italia y Estados Unidos. La afectación total al país ascendería a 23.000 millones de dólares aproximadamente, la huella psicológica, imposible de tasar. ¿Pero qué nos pasó? Antepusimos el dinero a la gente, casi como en toda nuestra historia. Ciudadanos de tercera clase, tuvieron que viajar en clase económica a Newark, para quemarse las pestañas trabajando, y así sostener varios hogares a la …

Mujeras

Me parece jodidamente retorcido que sigan luchando por sus derechos, los derechos no se transan, peor cuando son de uno y nadie los debería andar entregando como limosna. Encuentro humillante que siga siendo un gordo ricachón blanco de origen europeo, el que tenga que tomar decisiones que no le corresponden, cada uno toma sus propias decisiones, no como el gordo, que toma las de todes. Es muy anticuado creer que feminismo solo hay uno, la palabra es tan diversa y existen tantas versiones, como mujeres en el mundo, y esa es la cantidad de respetos, que debemos procurar. Me parece un sinsentido que sean juzgadas por su ira, cuando en muchas ocasiones es por esa misma ira, que les cuesta alcanzar objetivos, esa ira no es de nadie más, y nadie más puede hacer mal uso de ella. El primer paso para entender a las mujeres que luchan, es entender, que no las entendemos, que es preferible el silencio si no aportamos en nada. Si no lo hemos vivido, mucho menos. Si no te vas …

Ciudadanía de segunda

Treparon paredes los ciudadanos de segunda, traicionados por su estigma que les picoteaba la espalda, se sintieron solos porque cambiaron su nombre para que nadie pudiera volver a identificarlos, raza maldita proscrita y en desuso ¡qué nadie vuelva jamás a violar su falta de identidad! y así fue, roles de pago llenos de ciudadanía de segunda, explotada con sueldos desinflados, vitrinas llenas de contrabando que nadie se detuvo ni un segundo a tributar, seres robotizados encandelillados por su falta de porvenir, efigies de gusarapos que trascendieron a algo mejor; que una mejor vida. No estuvieron solos esos ciudadanos de segunda cuando fueron obligados a cambiar de cara para que no dijeran nada «las del culo apretado y nariz deformada» que huelen apuntando al cielo, mientras ciudadanas de segunda venden lo poco que pueden debajo de tu puta casa con calefactores tan inteligentes que hasta te contradicen, ciudadanos de segunda que no fueron creados ni a tu imagen ni a tu semejanza, pero que se descubrió que podrían tener alma, no como tú. Ciudadanos de primera …

Damnificados

Foto: Esteban Cruz Un país sin tinieblas, sin ventanas que permitan que el viento entre de improviso, uno en el que las ruinas se levanten así porque sí y de nosedónde, en el que las verdades no necesiten argumentos, uno en el que la justicia no se empeñe en insultar nuestra devaluada inteligencia. Un país en el cual salirse con la de uno, donde nadie pregunte por ti por tu aspectudo caminar, por la proveniencia de tu nombre, un país en el que nadie sepa tu apellido, donde respirar libertad y ser libre; de burocracia no requiera. Un país que no te esté juzgando y que no te deje ser ciudadano de otra clase, que no te deje morir así, que no te deje morir sin más, que no te deje morir sin ti. Yo soy el que te espera cada noche, el que reza para que regreses, el que después de que regresas te sigue rezando, el que nunca dejó de rezar para que te quedes, el que rezó hasta que se quedó mudo …

ENTREGUERRAS

Eres el único testigo vivo, que necesito en esta vida. Si dices eso que tanto sabes de mí, sobrará. Antes que nos disparen para favorecer a quién sabe quién, escúchame, un poquito. Porque eres ese que va a contar la historia a mi favor, mi único biógrafo autorizado, que lo exagerará todo por mí, cuando yo oscuro, ya no pueda aclarar nada. Porque esta es una guerra para vengar a nadie, es tan solo, una más de esas guerras, de las que nadie debería querer hablar, esas guerras rebuscadas en las que se mata gente extraña, solamente porque sí. Parecería que hoy somos, todo y un insonoro eclipse, más de lo que reconocer podemos, parecería que hoy no será suficiente como para sentarnos a abordar aquello, eso que llevamos evitando, la mitad de la vida, y media vida más. Hoy parecería que somos, nada pero esperanza sombría, que la multitud para la que estábamos listos no llegó, y no viviremos, tanto como para (?) Hoy parecería que somos, nada excepto esta desidia, el estado mental …

GOBIERNO DEL PUEBLO

Foto: Nora Miño. La lista sin fin de palabras que no porque abandones dejarán de significar, te fueron incomodando escupitajos que más parecieron discursos invasivos, nadie sabe si lo imborrable permanecerá y no terminará borrándose como por arte de algún viento, infinito loop de inspiración que se repite desde siempre sin haberse orquestado primero, serás democracia lo que a mí me parezca, palabras por el fuego prohibidas que ni bien empiezan tibias a sonar las evitamos, rastro de cenizas que nos conducirá al capricho irrenunciable de refundarlo todo por nada, conformarnos con haber sido vencidos por nuestro propio conformismo, lo democrático que es hablar de democracia sin sospechar aquello de lo que realmente estaríamos hablando, optimismo en oferta, huelga de pezones, aunque sea pretender que nos entendemos un poco antes de empezar con eso de envejecer juntos, que podremos con las aguas y el tiempo sobreponernos a nuestros desacuerdos hasta que lleguemos al clímax de que nos entierren con ellos, desbloquear fronteras del más íntimo de los infinitos, encontrarme con tu reflejo en la más random de las hogueras, …