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No Limits Town

¡Qué bueno que ya no estés más acá! en esta ciudad donde tienes la suerte de ya no estar más, qué suerte que hayas podido arrancar ese esmog de tu garganta, que hayas vencido a los buses, las carreras, cada concierto cancelado, policías robándote el cinturón, arrancándote el cuero cabelludo, tocándote tus partes en busca de drogas o alcohol o cigarrillos, que les haga sentir mejor. Accidentes que siendo ajenos te afectan, y te quedas estorbando a los demás, ves luces de colores de formas lineales que resultan ser descuentos que nadie aprovechará, puteadas íntimas sacha sexuales, aceras extremas como deportes, desconfianza por cada punto cardinal, qué tristeza que no hayas logrado huir, aunque hubiese sido a destiempo, antes que te marquen de por vida, te abandonen a la deriva con el parecer desacomodado, te hagan pensar que no piensas, que lo que dijiste está mal, y te convenzan. Las canas eventualmente se apoderarán de tus complejos, la calvicie te estará esperando en el baño para observarte desconfiada, la vejez te avasallará con preguntas irrespondibles, esta ciudad …

No quiero dormir nunca más

No puedo alumbrarte todos los días y encima tolerarte, recordarte consecutivamente mientras te pierdo de vista, desobligándote de mí. Siempre soñé con encontrarte en el vaivén demencial, mientras bailábamos, irrealmente. Turbulencia tras turbulencia, digeríamos una nueva epifanía, otro capítulo de historia que olvidaríamos, con apasionamiento. Dejé que te arrancaran de mí en la puerta de un quirófano, enseguida supe que no me había sentido tan miserable en años, jamás fui un inútil tan poco servicial, en cero segundos me convertí en alguien incapaz de complacerte, en absolutamente nada. Y es que éramos prácticamente inexistentes, inexistentes de algo que alguna vez nos habíamos mentido, y es que nunca voy a querer dejar de ser ese empolvado soldado reservista, que viste en mí, en el fondo de aquel cajón, pintarrajeado de rosa, ese que murió sin saber que no fue más que una simple fotografía. Esa melancólica polvareda que sale del fondo de una montaña de ropa mal lavada, que no permitiremos que nadie vuelva a lucir jamás, porque lo dejaremos todo intacto, para hacernos daño con tu partida, …

Nos-otros

photo: Sylvia Gómez No sé en qué cuna despertamos. Por un largo tiempo no vamos a entender nada de lo que está pasando. Nuestros papás nunca quisieron conocernos, siempre nos dieron por sentado, pensaron que podrían llegar a vivir con y sin nosotros, a la vez. Por eso nos casamos juntos. Porque estorbábamos a terceros. Porque nuestra ropa usada olía a ese mismito instante. Nunca sabré cómo proceder cuando me faltes, siempre preguntarás por mí aunque nunca me vaya a ir. El día que nos muramos. Encuentro prudente irnos juntos, a donde haya que ir, cuando sepamos morir. Me voy a acordar de ti cada día que vuelva a nacer, aunque no intercedas por mí ante dios ni los hombres, la gente sabe que lo nuestro no está publicado en el face. Estamos en cada viaje, avión, cuando me desenterraste los oídos, nos enseñamos a ser humanos, en cada calle de cada ciudad de cada atardecer y en cada playa, en cada canción de Drexler y en cada menú de restaurante que compartimos, en San Miguel …

Violenta

María siempre fue una mujer de nombre sencillo, procuraba que sus ideales siempre se ajustaran a la época. Su apariencia no hablaba por ella, ella hablaba por ella. Pertenecía en ausencia, a un sinfín de clubes, con los que no comulgaba, y eso sí, se creía merecedora con todas las letras, de su susodicho destino. Creía en la repetición inacabable de los días, donde mañana es después de dormir, igual que hoy, pero más viejos. Portaba con honor su lado femenino, ahí colgándole, oscilando por el exterior de todos los triángulos de su cuello, como si ser mujer casi no pesara, como si serlo incluyera: vestuario de frutos rojos, maquillaje por supuesto, y hombres acosándola, resbalosamente. No toleraba que la pongan al nivel de cualquier floristería, princesas de diseño o que la utilizaran en metáforas de medio pelo. Su amor propio trastrabillaba, cuando alguien con testículos, sacaba su cara, por ella. Contaba con el derecho a votar, aunque jamás le interesó ejercerlo. Disfrutaba siendo dueña, señora y puta, de su propio cuerpo, que era suyo, …

Entre meses

 Un día que más parece un mes, una semana que transcurre en un segundo, años que quieren ser fronteras, frontales, despedidas que no encuentran motivos, vidas que confundimos con banderas, abandonos, abortos que pronto serán fortalezas, ideas y no personas, insultos que armónicamente retumban, obstáculos disfrazados de arbustos catárticos, sinsentidos que luego nos enteraremos tenían que ver más con la temperatura corporal que con otra cosa, con la mirada de alguna bisabuela llenar el vacío que siento cada vez que resulta que estoy vivo, no distingo adefesios cuando de aplausos llegan precedidos. Seres normales que se esmeren al llorar, y en medio de profusas tempestades, sentir ganas de llevarte muy lejos, con tu cintura que no es mía, siempre por delante. Regresar flemáticamente a esa vida a la que no le sobraban escenas ni nada, en la que nuestra bondad no radicaba en la pobreza circundante, no teníamos miedo, simplemente decíamos: «déjale llorar».  La ciudad son un montón de luces que se pusieron de acuerdo, es mi lado femenino amándote right now, me duermo a las veintitrés, lo suficientemente cerca …

Highly Inappropriate

Me dijo que era obsesivo y me obsesioné con ello… Catorce años y medio después regresé a ese mismo lugar de esos lugares que no cambian cuando uno no está que te violentan y atormentan para que dejes de ser el mismo miserable que se congelan quietos en un súbito déjà vu en los que cada acaecimiento es un circo que dura lo que cualquier viaje en ascensor en el más irrespirable y público baño vertical Me encanta conversar conmigo de esas decisiones que dejaré pendientes para siempre a veces solo quisiera que me sigas la corriente en la conversación saldré de mi zona de confort tres minutos solo a verte desde el vagón me verás pasar a la velocidad de un árbol y sin saber cómo te sorprenderé con abundantes recuerdos apesadumbrados contenedores repletos de ilícita nostalgia licuar con la boca para después herméticamente abandonar seres que antes fueron vivos celebrar con tu exclusividad un evento que lo ven cientos de millones de personas contigo no existe nadie más como cuando te corriges y hablas …

Un caos apacigua otro

Tal vez no viva mucho tiempo, no soy quién para saber cuánto, pero es que a veces vivo como si no existiera colesterol, en el desayuno me empacho de incertidumbres, como si haber soportado cuatrocientos ochenta chuchaquis, me garantiza que no moriré cruzando la calle. Porque si nos hemos de matar, seamos sutiles, matarnos como si de muertos, también nos fuésemos a encontrar, como si haber estado vivos no hubiese sido más que un malquerido desafecto. Mejor micro morirnos. Como cuando inhalas profundamente para subsanar tus micro respiros, como cuando cuidas tu salud espontáneamente como medida de compensación a tus micro suicidios, como cuando ríes a escondidas para dejar de amargarte la vida, y dejar de ser el reflejo amargo de tantos otros tantos. Y es que así vivas de milagro o porque te obligaron, vivir está sobrevalorado, así aportes devastando tu vida, porque vivir quema, proactivos y parásitos, los que creen que triunfaron, los que no saben que triunfaron, los que piensan que el triunfo es mensurable, los que triunfaron de tanto fracaso, los que sin …

ulTRAvesti

A Pía y a algunas personas les parece mal, a otras no, y es que así de un momento a otro pasa el bus de nuestro pasado, para el bus, cuando el bus ya estaba encima de ellos, en lugar de dieta me he propuesto dejar de estar en la mayor cantidad posible de cosas que no me importan, decidí creer que a lo mejor así es mejor, a lo mejor cuando buscábamos otro lugar a donde mirar, los ovnis en tus fotos, el espacio de tus bolsillos para el jamás, los insultos que olvidaste tachar, las lágrimas de crudo que faltarán en tus tribulaciones, tal vez debería conformarme con practicar lo que exijo de los demás, tu cabeza está llena con una sola gran idea, cuando tengas los huevos, seguramente tus cómplices, se descompondrá el firmamento y emergerás solo, tal y cual llegaste, te recontra parirán, porque cuando una injusticia se concreta las palabras se desordenan, y aunque aparentemente estemos cerca de parecer felices suena el despertador, el agobio irrumpe como una luz de colores que nos …

Like an avocado

Conmigo fracasé, mi único y mayor emprendimiento, mi último pariente conocido, mi no eslabón, incontables ocasiones quebré, y me liquidé. Tardes enteras no aproveché para redimirme ante mí, como si yo no me importara, nunca fui mi prioridad, me condené a decorar el piso con la barbilla, fracasar estrepitosamente y pedir perdón llorando, en minutos que duran cien segundos, como si la felicidad pereciera like an avocado, nos miramos de frente, esperamos que pase el momento, y nos vamos con él. Por insolencia desvaídos, partidos en desiguales partes, pero que cada parte sea parte y se aparte. En plena desarticulación: sentir, digerir tempestades contraindicadas de año nuevo, que nada tiene de nuevo, ¿qué carajo tienes de dos mil dieciocho? Vapor vulgar de reencauchada nostalgia, como si los recuerdos nos acosaran queriendo regresar, la consuetudinariamente cacareada promiscuidad que nunca pusieron en práctica, el olvido nos indispone, como si la esperanza tuviera todas las intenciones de finalmente: desampararnos. Todos quisiéramos en cierto punto de nuestras vidas resucitar de algún suicidio, desempolvar frases de esas en las que venimos y …

Indistinct chatter

No estoy en condiciones de tolerar seguir acumulando estos retazos de sufrimiento, hacer fila en lugar de otros, la cochambre de esta cultura, los lienzos solapados de este vacío particularmente blanco, a la mayoría de la gente prácticamente  todo el tiempo, los toros que no toleran estas corridas ni entre ellos mismos, reservorios de mi muerte, cuando en el acto no me doy cuenta que he mentido sino después, túneles que al parecer no conducirían a luz alguna, la abominable dependencia a tener que decir que me gusta, aquellos analfabetismos digitales que a mí mismo vuelven cada día, todo lo que no entiendo pero especialmente aquello que entiendo demasiado, cosas que suceden tan repetitivamente, la puta vergüenza ajena tan difícil de explicar, abochornarnos al tratar de conocernos mejor, súbitamente dejar de ser el tonto de algunos, decirte frases automatizadas que no te quiero decir, sin conocerte besar tu cabeza y no dominar la clasificación de los besos en las distintas partes del cuerpo, la política en la que todos quedamos como idiotas, procrastinar las más pequeñas …

People keep dying

¿Cuál es el vestuario apropiado para una tormenta de epifanías? Tez naranja, incluso animales azules, rosas de hoy con morado, fluir con los tiempos, tratar al menos. No gracias, no quiero estacionarme, me gusta imaginarme como un cristiano sin religión, rezar imperecederamente a cualquier Jesús, ser dignos hijos de quien fuera que sea, escapularios de cierto día mejor, haber preferido hacer muy felices a pocos sin vestiduras rasgadas antes que infelices a muchos. La gente sigue muriendo. Nunca debió suceder lo peor que te pudo pasar. La reiterativa pataleta de millones de cándidos y su clamoreo contra no sé qué. Tu pasado intentando con urgencia decirnos… El viento que ya pasó. Evocar una ráfaga de eventos interconectados and people keep fucking dying. A pesar de que no podamos con frecuencia ponernos necios, cambiar ningún rumbo, ininterrumpidamente people keep dying. Creer, dejar de creer, consuetudinariamente. Anularte hasta dejarte sin opinión. Por medio de tu vómito absolverte. Veintisiete minutos de luto, hablará por nosotros el volumen de la música, no permitiremos que nadie pase hambre en tu funeral, contaremos chistes …

Comiendo aire

Ingente ciudad de inagotables posibilidades, fruslerías que cambian vidas. Aspiradoras humanas que se abalanzan, esperando que las cifras les sean vagamente favorables. Gente que no vive, gente que es viva, enardecidos por purulentos discursillos, reducidos por el yugo de nuestro propio desgobierno, con síndromes que no lleven nuestro nombre, discriminando lagunas mentales, convertidos en eso que nos va a doler ser. Apareciendo fortuitamente en fotografías, abrazados con personas que no sabíamos nos iban a traicionar, desplazados por migajas de generaciones extemporáneas, en calles homicidas con fotogénicas barricadas, cruces de vías colmados de destierros,  luces haciendo fila, risueños hígados se descomponen mientras ríen, comiendo mejor y peor, pagando deudas de otros, karmas ajenos que decoran nuestro expediente, alguien tendrá que quedarse con nuestro vómito. Microatavismos que nos acorralan, con el chuchaqui diferido a largo plazo, gurúes de la genealogía de centro comercial, que atareados intentan compensar la falta de ocupación, rellenando vacíos innecesariamente. Pasean por la plaza neuronas curuchupas en proscripción, crímenes que no se podrán cometer por más incertidumbre climática que reine, vacíos de relleno y llenos de vacío, intermitentes cerebrales, que el …